La neurología veterinaria representa un reto especialmente porque los animales no pueden describir sus síntomas, sin embargo, las dificultades para caminar o mantener el equilibrio y las convulsiones pueden servir como indicador de que requieren atención neurológica.
Las consultas neurológicas pueden estar conformadas de una exploración física general, un examen neurológico completo y diferentes pruebas que aporten a un correcto diagnóstico tales como radiografías, ecografías, TAC o resonancias magnéticas.